miércoles, 28 de noviembre de 2018

6.Resume las características de la monarquía visigoda y explica por qué alcanzó tanto poder la Iglesia y la nobleza. PREFERENTE.


LAS INVASIONES BÁRBARAS. EL REINO VISIGODO: INSTITUCIONES Y CULTURA.


Por lo que respecta a la Península Ibérica, aunque ya durante los siglos III y IV se detectó la presencia de bandas de pueblos germánicos, es no obstante, a inicios del siglo V cuando se produjo la gran invasión.
En el año 409 cruzaron los Pirineos los suevos, vándalos y alanos.
Al llegar a Hispania, los visigodos eran probablemente el pueblo germánico más romanizado, ya que hacía 35 años que vivían ya dentro de las fronteras del Imperio. Los guerreros que ocuparon Barcino, en el 415, habían nacido, en su mayoría, dentro de él.
Aparecieron en la Tarraconense, con el propósito de combatir a los otros pueblos invasores (vándalos, con la promesa de tierras en las que asentarse, por el sistema de hospitalitas…);  pero después de firmar en el año 418 un pacto o foedus, el de Valia, con la Roma del emperador Honorio, y la Hispania del patricio Constancio, abandonaron la Península, estableciéndose en las Galias, y formando el reino visigodo de Tolosa…
Los visigodos comenzaron a establecerse a ambos lados de los Pirineos, y aunque aceptaron el latín como idioma común con los hispanos y galorromanos, les separaban de ellos su religión (arrianismo), y sus leyes consuetudinarias…
En un principio no hicieron nada por mezclarse con los pueblos dominados; incluso estructuraron dos códigos de leyes distintos: el Código de Eurico, del 476, el mismo de la caída de Roma, para los visigodos, tenía por fin transformar a los godos, de huéspedes militares efímeros, en propietarios de tierra con plenitud de derechos.
Por otra parte, en el 506, se publicaba el Breviario de Alarico II o de Amiano, para los hispanos y galorromanos (derecho territorial),
Fueron los francos, vencedores en Vouillé, en el 507, los que lograron expulsarles de las Galias, conservando tan solo los godos la Septimania o Narbonense.
 A partir de este momento, se trasladaron definitivamente a tierras hispanas, en donde fundaron un reino con capital en Toledo.
Numéricamente eran pocos: sobre una población de 4 ó 5 millones de hispano-romanos, apenas unos 200.000. Parece ser que se asentaron preferentemente en La Meseta, valle del Duero (las crónicas astures hablan de los “Campi Ghotorum…)..
Las diferencias religiosas y jurídicas entre ambas poblaciones dificultaban la consolidación de un Estado unificado y fuerte.
Sin duda uno de los períodos más brillantes y esenciales para comprender la posterior evolución del reino, corresponde a los tres reinados sucesivos de los miembros de una misma familia: Leovigildo (569-586), Recaredo (586-601) y Liuva II, (601-603).

Durante el reinado de Leovigildo la política interior se basó en los siguientes puntos:
  1. Acentuación esencial de las diferencias entre el rey y el resto de la población.
  2. Conversión de la monarquía electiva en hereditaria en su dinastía.
  3. Reforzamiento del poder real, para frenar cualquier veleidad independentista de la aristocracia latifundista.
  4. Eliminación de las diferencias jurídicas y religiosas.

Para alcanzar el logro de toda esta serie de objetivos llevó a cabo las siguientes acciones: militarmente: eliminó las posesiones bizantinas del  sureste de la Península, tomadas por el General Belisario, en tiempos de Justiniano, y provocadas por las terribles luchas de Agila y Atanagildo (554-557); llevó a cabo campañas contra los pueblos del norte, vascones, astures y cántabros; inició la ocupación del Estado suevo, en el noroeste peninsular, terminada por Suintila en el siglo VII…
Por otra parte asoció al trono a sus dos hijos, Recaredo y Hermenegildo, para asegurar el trono en su familia, y evitar las rivalidades en la sucesión dinástica, típicas de una monarquía electiva como la goda, imitando el sistema bizantino imperante…
Pubicó un nuevo cuerpo jurídico-legal, el famoso “Codigus Revisus”, que fundía el derecho personal y el territorial, y permitía los matrimonios mixtos.
Impuso en Hispania, todo el boato, lujo, esplendor y protocolo imperial de Oriente. Así, San Isidoro, nos señala en sus crónicas que fue el primer soberano visigodo que usó trono, vestiduras y adornos reales, como la diadema o el manto de púrpura, la corona, que acuñó moneda con ocasión de los fastos reales…
Pero frente a todos estos logros, fracasó, sin embargo, estrepitosamente, en su intento de lograr la unificación religiosa del reino en base al arrianismo, lo que motivó un conflicto muy violento con su propio hijo, Hermenegildo, dux de la Bética, recién convertido al catolicismo y ferviente defensor .de éste, aunque con un matiz de rebelión política también en el fondo…
Recaredo, dando muestras de una gran inteligencia política, se convirtió a la religión de la mayoría en el III Concilio de Toledo, en el 589.
Durante el reinado de Suintila (621-631), se finalizó la expulsión de los bizantinos y de los suevos…; y durante los reinados de Chindasvinto y Recesvinto (642-672), se fortalecieron, con el primero la institución monárquica y la idea de un Estado centralizado, ya que la Crónica de Fregedario, nos informa de una terrible purga realizada en las filas de la nobleza a poco de subir al trono, algo que ocurrió también con el segundo, aunque resulta de mayor interés la publicación del
 “Fuero Juzgo o Liber Iuidiciorum”, que ponía fin a las barreras jurídicas que habían separado a los visigodos de los hispanorromanos
De todas formas, los últimos tiempos del reino fueron una pugna continua entre las diversas facciones nobiliarias en lucha por el poder, dado el carácter electivo de la monarquía que favorecía el poder de la nobleza, ya que el rey no era más que un “primus inter pares”, dentro de un sistema político, económico y social prefeudal…, marcado por un ruralismo creciente, el papel del colonato en el trabajo el campo, la tendencia al autoconsumo, el desarrollo de los lazos de dependencia personal y el dominio del poder político por las clases altas de la sociedad, concentración de la propiedad de la tierra en manos de la aristocracia y de la Iglesia, predominio de las actividades agrícola-ganaderas….
Muerto Witiza (702-708), designó como rey a su hijo Agila, apoyado por una parte de la nobleza, aunque el resto apoyo como nuevo monarca a Rodrigo, dux de la Bética, que una vez asentado en el trono, se tendría que enfrentar a su rival, apoyado entre otros por su tío, arzobispo de Sevilla, y por las tropas musulmanas instaladas en el norte de África, que culminarían con la llegada en el 711, de Tariq y Muza, generales del Califa Omeya de Damasco, que en Guadalete, darían muerte al rey, acabando al mismo tiempo con el dominio visigodo de Hispania, y dando inicio a 800 años de ocupación musulmana de la Península.

SOCIEDAD.

A nivel social, la nobleza hispano-romana, los senatoriales, se fusionó con la goda, los Seniores Ghotorum; por otro lado se hallaban los humiliores, pequeños propietarios libres..
Los nobles visigodos tenían su clientela personal armada, sus propios encomendados, los bucelarios, a los que pagaban su servicio de armas con tierras; mientras que los reyes contaban con sus gardingos…
Los colonos eran adscritos, perpetua y hereditariamente al predio que cultivaban…, aunque eran jurídicamente libres; mientras que los siervos, eran res domini; la manumisión podía convertir al siervo en liberto, aunque en la práctica seguía vinculado a su antiguo dueño por una relación de patrocinio.

INSTITUCIONES POLÍTICAS.

Al frente del Estado visigodo se hallaba el monarca, jefe supremo de la comunidad.
La monarquía visigoda nunca perdió su carácter electivo, recayendo la designación de los reyes en los magnates y los prelados.
El poder real debía ser depositado en la persona sagrada del rey, pero limitado por la justicia y la rectitud de su actuación, en cuanto que dicho poder debía de ejercerse no para la opresión y el daño, sino para el bien común y la utilidad pública (Platón, La República.), con lo que debía de estar sometido a leyes y normas morales, elaboradas por los  grandes Padres de la Iglesia, como San Isidoro.
Todos los súbditos debían de prestar juramento de fidelidad al rey y eran los Concilios de Toledo, los que ponían las condiciones de acceso al cargo, (sacralización de la figura real, al ser ungido por el obispo de Toledo en una gran ceremonia religiosa),  los que legalizaron los destronamientos y las usurpaciones e la corona, decidieron el castigo o persecución de los rebeldes al Estado, de los judíos….
Todas estas ideas quedan resumidas en la máxima isidoriana: “rex eris si recte facias, si non facias non eris”…
Para el ejercicio de sus funciones el rey contaba con la ayuda del Aula Regia, organismo consultivo integrado por los miembros de la alta nobleza: los magnates, su consejo privado, que le asesoraba en cuestiones políticas y judiciales; los gardingos, miembros de la comitiva real, y los jefes de los diferentes servicios y ramas del Officium Palatinum (jefe de la Cancillería, Guardia Real, de los establos, del servicio de mesa, el conde de la ciudad de Toledo…).

LA CULTURA Y EL ARTE EN LA HISPANIA VISIGODA.

El desarrollo de la cultura tropezó con numerosos obstáculos materiales, como la escasez y el alto precio de los pergaminos y la dificultad para conseguir manuscritos antiguos.
Los eclesiásticos monopolizaron la cultura y la enseñanza, convirtiendo ambas en armas de dominio ideológico.
Así los principales focos de la cultura visigoda se localizaron en torno a las sedes episcopales de Toledo, Sevilla y Zaragoza, o en las escuelas monacales…
San Isidoro de Sevilla, formado en la escuela que creara su hermano Leandro, alcanzó la dignidad arzobispal hispalense, y su obra fue de una enorme variedad: desde crónicas de los acontecimientos de la época, hasta escritos teológicos o epístolas de indudable calidad literaria…

Pero su principal aportación fueron las Etimologías, al salvar en ella el legado de la antigüedad, con un marcado carácter pedagógico y enciclopédico, de gran influencia a lo largo de toda la Edad Media.

No hay comentarios:

Publicar un comentario